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Seguro que te estás preguntando quiénes somos, de dónde venimos, qué estamos haciendo y por qué.

Me llamo Sarkis Sakaz. He venido de Bulgaria con mi familia y ya son más de 17 años viviendo y trabajando en Málaga. Terminé la universidad siendo arquitecto técnico y durante muchos años he trabajado como jefe de obra, jefe de departamento de presupuestos y calidad de obras, y luego como director general de una empresa constructora. En mi carrera profesional he edificado hoteles, hospitales, viviendas y centros comerciales.

Pero desde que fui un niño pequeño, me apasiona la fotografía. Tenía 7 años cuando cogí por primera vez la cámara réflex de mi padre y desde entonces no la soltaba. Dos años después, mis padres me regalaron una amplificadora y en el sótano me montaron un laboratorio. Todo eso era como magia para mí. Cada sábado y domingo me iba al mercadillo donde hacía retratos robados a los campesinos que venían a vender su género, y por la noche en el sótano revelaba las fotografías que había tomado.

Durante todos estos años he trabajado duro, mejorando día a día la calidad de mis fotos. Para cuando entré en la universidad, ya tenía realizadas 6 exposiciones de autor de fotografía contemporánea y numerosas publicaciones en los periódicos.

Esta es una de las fotografías que he hecho en el año 1982 en un parque y que me ha hecho ganar varios premios.

Mi padre se dedicaba a la fotografía de boda y muchas veces me llevaba con él para que le ayude, y eso mismo hago yo ahora con mi hijo.

Así, en 1990 me contrataron para hacer un reportaje muy especial. En la universidad tenía un amigo cubano que quería casarse y me contrató para su boda. No pensaba que esta boda iba a poner el inicio de mi futura carrera como fotógrafo de bodas. La celebración y convite eran en la embajada de Cuba junto al embajador y el cónsul. Qué sorpresa era para mí. No conocía el protocolo de la embajada, pero al final, tuve suerte porque me otorgaron el honor de dirigir toda la boda. Los novios únicamente tenían un deseo y era fotografiarse con los retratos de Fidel y Raúl Castro. ¡Solucionado! En la boda todos hablaban español, claro, pero yo tenía un traductor.

La vida está llena de sorpresas. Ahora yo también hablo español y recuerdo todos esos momentos riéndome…

Después de tantos años he cancelado la construcción para poder dedicarme sólo a la fotografía. El viejo dicho dice “no se pueden llevar dos sandías bajo un brazo”. Así que tuve que soltar la sandía de la construcción y quedarme con la más dulce, la de la fotografía.

¿Qué te ofrezco, o qué ganas si nos eliges?

Gracias a todos estos años de trabajo duro, te ofrezco un servicio completo, con total seguridad, calidad, comodidad, tranquilidad y muy buen trato. Un estilo artístico que se adapta a tu estilo propio. Eso quiere decir que, si tú quieres que tu boda sea “Clásica”, la hacemos así. “Gótica”, la hacemos así. Bodas “Modernas, de Moteros, Andaluzas, etc…”. Nada de fotografías borrosas, pixeladas, oscuras o quemadas. Todas con la calidad más alta.

Durante el día de la boda, nosotros no paramos de hacer fotos. Captamos todos los momentos. No limitamos el número de fotografías. Y eso nos hace diferentes de los demás. Un gran número de fotos, a partir de 2.000, todas con calidad excelente. Después las entregamos todas.

¿Por qué le doy tanta importancia a mi trabajo? Porque la fotografía es la única manera de frenar el tiempo. Hoy en día las parejas están detrás de organizar el restaurante, la iglesia, el vestido, el traje, la decoración y en último lugar dejan al fotógrafo. Pero sólo el fotógrafo se queda con vosotros desde el inicio hasta el final.

El tiempo pone todo en su orden. Primero se va la comida, la bebida y la decoración. Luego el vestido y traje tienen un destino en el armario o regalarlos a alguien. Hoy en día muy pocas parejas se casan con vestido y traje heredados de sus padres. Y al final, las fotos, el álbum, se quedan para siempre. Los años pasan y los recuerdos pierden color, forma e incluso personas, pero los buenos álbumes, nunca.

Es como los cuentos. Todo depende de aquél que lo cuenta. Y en este caso es el fotógrafo. Y nosotros sabemos contar las historias muy bien. Las sentimos con el corazón. En este día disfrutamos con vosotros, y me hace recordar ese momento cuando hace más de 25 años que tomé la mano de mi mujer en el altar para casarme con ella. Amamos nuestro trabajo.

Para que el reportaje sea más completo, con fotografías tomadas desde distintos puntos, somos un equipo de dos fotógrafos profesionales y un ayudante que se ocupa de nuestro material (cámaras, flashes, objetivos, tarjetas de memoria, pilas, etc), sujeta los flashes, ayuda a la novia arreglando el velo, la corbata del novio… Así en cada momento, cualquiera de nosotros dos (los fotógrafos) tenemos el apoyo en el momento de cambiar la tarjeta, baterías o el objetivo. ¿Qué te parece? Si quieres saber cómo se han sentido los novios que nos han confiado el reportaje de su boda, puedes ir a la parte de TESTIMONIOS. Ahí puedes leer algunas opiniones sobre nuestro trabajo.

El Equipo

Sarkis Sakaz

Ese soy yo. Sarkis Sakaz.

Y los que están a mi lado son, fotógrafos profesionales de la asociación de los fotógrafos profesionales de Málaga (APROFIMA) y mi hijo Kevork Sakaz, nuestro ayudante. Es difícil encontrar gente fiable para un trabajo serio como el reportaje de boda. Aquí no se admiten errores ni repeticiones. Y el trabajo se queda para siempre.

Aparte de las bodas, me gustan los desfiles de moda donde tienes que captar no solo la belleza del modelo, sino la funcionalidad de la ropa.

Una de las cosas que más me gustan es sentarme y mirar el mar. Puedo hacerlo horas y horas. Ver cómo se rompen las olas y contarlas. ¿De verdad la ola más grande es la novena? Eso dice uno de los retratistas del mar más famosos en el mundo Iván Aivazovsky, que la novena es más grande, más potente. Pero ¿cuál será la primera? Nadie lo sabe…

Kevork Sakaz

¡Hola! Soy Kevo, el hijo de Sarkis.

He estudiado en la Universidad de Málaga “Administración y dirección de empresas” y “Finanzas y compatibilidad”.

Heredé de mi padre la pasión por la fotografía.

Como el más joven del equipo, aparte de las labores de administración y gestión, me encargo del material fotográfico, respaldar a los fotógrafos y ayudar a los novios. Así las cosas, salen mejor. Mi padre no debe preocuparse por el material y puede estar atento en todo momento. Gracias a mí, recibe rápido todo lo que necesita en el momento adecuado. Hay que conocer muy bien el equipo porque también me encargo de preparar las segundas cámaras, montaje de luces de estudio, o desmantelar todo y ordenarlo en los maletines.

Me considero una persona muy social y curiosa, vivo de manera única cada boda, y siempre me llevo de ellas algún que otro amigo. Me gusta ayudar a los novios para que todo el reportaje salga maravilloso, que se sientan cómodos y lo más importante, que lo disfruten.

Muchas veces hablando con mi padre, le repito la frase de que no hay tiempo y que “¡el reloj no se para nunca!”, luego el me sonríe y me dice, “para eso está la fotografía, porque el reloj nunca para” …

Entrevista para PTV Málaga

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